El uso de humidificadores puede ser beneficioso en multitud de ocasiones. De hecho muy a menudo los conocemos por recomendación del pediatra cuando uno de nuestros hijos tiene alguna infección de las vías respiratorias. Sin embargo no es recomendable usarlo si no lo necesitas.
Con los humidificadores conseguimos que el ambiente no sea tan seco mediante el aumento de la humedad. Es recomendable que la humedad se encuentre entre el 40% y el 60%.
Existen distintos tipos de humidificadores en el mercado, de aire frío y de aire caliente. Con estos últimos hay que tener especial cuidado, al tirar vapor caliente se pueden producir quemaduras en un descuido.
¿Cómo se usa?
Lo primero se que se debe hacer es limpiar el humidificador con agua tibia y dejar secar al aire.
Luego rellenamos con agua destilada o mineral, si pones agua del grifo los minerales que contienen pueden provocar problemas respiratorios.
Vigila que el chorro de vapor no salga directamente hacia el niño, que no esté cerca de las paredes ni del suelo.
Por último, es importante que al terminar se vacíe y limpie el humidificador para evitar que las bacterias se multipliquen.
¿ Ventajas de su uso?
1- Mejora el ambiente seco producido por la calefacción en invierno.
2- Mejora la congestión nasal y ayuda en la disolución del moco.
3- Evita la irritación de garganta y de la piel producida por la sequedad del ambiente. Como es el caso del síndrome de ojo seco.
4- Favorece la entrada de aire en los pulmones y es ideal para asmáticos, alérgicos o fumadores.
Así que ya sabéis, si tenéis alguno de estos problemas os recomiendo utilizar un humidificador, sobre todo para mejorar los síntomas de gripe, resfriado y laringitis víricas.
Boticonsejos
1 comentario en «Humidificadores»